Lo más importante para tener una piel radiante, y bien cuidada es beber abundante agua todos los días, unos 7-8 vasos diarios, para evitar perder elasticidad y flexibilidad de forma prematura, logrando así prevenir el envejecimiento y la aparición de imperfecciones. También es importante tener una dieta que incluya nutrientes como la vitamina C, los antioxidantes y el omega 3 y consumirlos diariamente.
Hay otros factores que también influyen en una piel bonita y saludable, por ejemplo tener una rutina de higiene y tratamiento adecuada a las características de nuestra piel.
Para la limpieza, lo ideal es combinar una leche limpiadora y un tónico ya que limpian y contienen elementos hidratantes y nutritivos que mantienen la humedad y no resecan. También es necesario aplicar cremas hidratantes y nutritivas o anti-arrugas dependiendo de nuestras necesidades y que se puedan aplicar por la mañana y por la noche o combinar con otros tratamientos específicos, en función de las características de nuestra piel.
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